Nuevo curso, nuevos jabones

Hola, he pasado todo el verano sin actualizar este blog... Pero no he dejado de hacer jabones...y otros potingues que cuando tenga más por la mano os enseñaré.

Os contaré muy bajito que este verano he "iniciado" a algunas amigas y compañeras al jaboneo. Ha sido una experiencia muy satisfactoria y gratificante... que no deja de darme un poquito de miedo y de sorprendreme gratíssimamente. Me encanta ver como se esmeran, cómo contienen el aliento cuando mezclan los ingredientes y tratan el aceite como si fuese más que oro líquido... el destello de brillo en los ojos cuando la masa empieza a espesar. Es un brillo especial: de sorpresa (!Està cuajando!) de orgullo (!lo he conseguido!) de picardia (!sabia que podia!)de avaricia y placer (!con este sólo me voy a lavar yo!)

Bueno lo he pasado muy bien y revivirlo para contarlo me resulta un placer.

Para todas ellas les dedico este jabón de dos arcillas. Yo veo un sol que traerá nuevas ideas,nuevos proyectos y nuevos logros para este año (para mi el año siempre ha empezado en septiembre, es un algo que arrastro desde la infancia). Mis hijas que son más relistas y menos fantasiosas que yo ven un huevo duro...les he tenido que dar la razón y reirme.






Es un jabon suave con aceite de oliva, girasol, palma y poquito de coco.Lleva arcilla blanca y verde. Sin ningun colorante y con fragancia de musk. Las pastillas cuadradas tienen unos discretos firulillos. (Se le dicen "discretos firulillos" cuando estas aprendiendo a hacerlos y te quedan así, je je)